ANÁLISIS DAFO: ¿QUÉ LE FALTA A LA EDUCACIÓN ESPAÑOLA?

En economía, nos encanta analizar cosas. Estudiar variables, tendencias, intentar predecir qué va a suceder con datos históricos y modelos de predicción. En fin. 

Creo que para entender la educación española, o cualquier otra cosa, hay que hacer un poco de 'economista'. Analizar interna y externamente las variables que afectan a nuestro objeto de estudio. Internamente, donde se muestren las fortalezas y debilidades, y un análisis externo, donde se tengan en cuenta las amenazas y oportunidades. Vamos, un DAFO, de toda la vida. Supongo que llamarlo así queda más chulo.

Así que, allá vamos.

Para empezar, vamos a echar un vistazo al mapa y ver el contexto externo o dicho de otra manera, en qué destacan los sistemas educativos de otros países como:

• Finlandia: donde se prima la flexibilidad frente a la exigencia, la baja carga de tareas para casa, y que todas las escuelas sean públicas
• Corea del Sur: cuyo modelo educativo se basa en la cultura del esfuerzo
• Japón y Reino Unido: que invierten en tecnología e integran las TICS en la enseñanza
• Países Bajos: que enseñan al alumno a ser dueño de su propio aprendizaje. Un aprendizaje autónomo: aprender a aprender
• Canadá: cuyas universidades se enfocan en la investigación y son respaldadas por las empresas
• Singapur: apostando por sus docentes, en su formación tanto personal como profesional

Sistemas educativos muy interesantes. Aunque hay que tener en cuenta que en este pequeño resumen, están  reflejadas únicamente las grandezas. Sería necesario analizar también los fallos de los mismos, para intentar no cometerlos. No obstante, eso lo dejamos para otro post.

Bien, con esta situación externa, ¿con qué nos encontramos internamente?

Según el informe Better Life Index de la OCDE, en España el 63% de los adultos de 25 a 64 años han terminado la educación media superior, cifra menor que el promedio de la OCDE de 79%. Sin embargo, en lo que respecta a la calidad de su sistema educativo, el estudiante promedio obtuvo un resultado menor a 488 puntos en lectura, matemáticas y ciencias en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA). 

Unos datos que revelan que aún queda mucho trabajo por hacer. Pero para eso estamos: analizar, tomar nota de lo bueno de las medidas que funcionan en el resto de países y ver cómo lo podemos implementar a nuestro sistema educativo.

¿Te animas?