Mis clases favoritas tras pasar por el cole, el instituto, y la universidad, fueron las de economía de bachillerato. No solo por la clase de economía en sí, sino porque cada día analizábamos un anuncio y desglosábamos el porqué de esa campaña de marketing. Me creí publicista y estaba convencida de que era eso lo que quería estudiar. Con los años, no fue así (exactamente). Aunque al final me he acabado dedicando a ello más o menos. El caso, es que me pareció una actividad muy creativa , que además de expresar los distintos puntos de vista de cada uno, ¡había que debatirlos! He tenido la misma sensación en estas clases. De libertad, de expresión, de creatividad. Creo que solo en estos entornos pueden surgir cosas diferentes. A nalizamos muchísimos anuncios, salieron unas ideas súper locas, pero me lo pasé genial. Aún me acompaña ese aprendizaje e intento seguir nutriéndolo día a día. ¡TODO ES MARKETING! Desde la forma en que nos presentamos, hasta como expresamos nuestras ideas. Cómo